Sinopsis

Katherine se trasladará a Santiago, para pasar el verano en casa de sus tíos. Pero aquel lugar tan idílico no lo será tanto, enseguida su ángel protector entrará en acción, y le avisará continuamente que ese chico del que ella está enamorada, no es alguien de fiar.
¿Qué es lo que Jack esconderá?

domingo, 22 de mayo de 2011

Capítulo.14 FIN

Ya ha llegado el momento de desvelar el final de Tentación, os traigo el capítulo 14 al completo. Espero que os guste, sinceramente, yo he disfrutado como un niño escribiéndolo, es algo muy especial el llegar al final de un libro, aunque éste tenga segunda parte, que por cierto, ya tiene título; Sentidos. ¿Os gusta? Espero que sí, jajajaja
Bueno, para la segunda parte de Tentación he creado un blog, que aún está en fabricándose pero que ya podéis ver más o menos cómo será al principio. http://tentadosyadictos.blogspot.com/
Ésta segunda entrega la colgaré en ese blog, así que de ahora en adelante, tendréis que ir ahí para ver si hay nuevos capítulos o noticias. Bueno, sin más demora os dejo el cap, espero que os guste.


Capítulo. 14

Siempre te protegeré

No había nada que hacer, por más que lo intentasen. Kayla podía hacerles pedir clemencia mientras se retorcían en el suelo. El Creador miraba ya a su prisionera.
-       Vamos a proceder con el sacrificio. – Apuntó él.
Katherine contemplaba con ojos llorosos cómo su vida se acercaba al final que ya le parecía estar alcanzando, mientras Jack y Adam rugían de dolor.
-       Todo esto irá mejor si no te resistes – le comentó el Creador a Katherine. – No me gustaría tener que dañarte antes del sacrificio.
Volvía a suceder, pero esta vez todo fue mucho más frío que la primera vez. El Creador hizo aflorar sus dos colmillos, y con las manos, separó el cabello que protegía en aquel momento el cuello de Katherine, y la mordió.
El dolor fue muy intenso, cien mil veces mayor que la vez en que Jack la mordió, y encima, el dolor no desaparecía, permanecía inalterable, cómo un bloque de hielo. 
Gritó y gritó, queriendo escapar, salir, dejar de ser una simple presa. Dejarlo todo y no volver más, estaba harta de que su vida peligrase a cada segundo que pasaba. De pronto, sintió un calambre que le recorrió todo el cuerpo, unos segundos después abrió los ojos, pues el dolor de la mordedura quedaba mitigado por alguna extraña sensación.
Katherine descubrió que el Creador intentaba incorporarse del suelo, su rostro lleno de sangre, y también sus extremidades, esa sangre… en cambio… no era la de Katherine, se trataba de la de él. Por alguna razón el Creador sangraba.
-       ¡Maldita zorra! – gritó, el cuerpo no le respondía, agotado.
Katherine divisó un coche que llegaba en la lejanía, Roxán iba al mando.
En pocos minutos todo parecía haber cambiado.
Kayla yacía atrapada en un hechizo creado por otro brujo amigo de Roxán.
-       Espero que tú no me traiciones – bromeó ella.
El Creador debía ser destruido con fuego, esa era la única forma de matarlo, y por ello, Roxán lo estaba preparando todo, mientras que la otra bruja que la acompañaba se encargaba de mantener al Creador quieto magia.
-       ¿Estáis bien? – preguntó Roxán – esto terminará dentro de poco.
Jack ya se encontraba mejor al igual que Adam.
-       Katherine – le llamó Jack - ¿te ha hecho daño?
-       No, no pasa nada.
-       Y tú – dijo Roxán dirigiéndose a Kayla – traidora. ¿Cómo has podido?
-       Él me ofreció la inmortalidad, y sinceramente, Roxán, prefiero mil veces vivir eternamente teniendo que estar a su lado, antes que morir defendiendo a una brujita del tres al cuarto como esa – miró con desprecio a Katherine mientras continuaba – mi vida es más importante, y no creas que nos has vencido.
-       Por supuesto que sí lo creo, estás acabada, y el Creador también.
-       No. ¿Por qué te crees que les dijimos a esos tres pardillos para quedar aquí? – hubo un silencio muy breve pero altamente dañino – pues porque lo teníamos todo planeado. – Kayla miró fijamente a Roxán a los ojos, y de pronto, sus pupilas se volvieron blancas, al mismo  ritmo que pronunciaba unos versos en latín.
Serpientes de fuego abrieron caminos alrededor de todos ellos, formando un gran círculo sobre la hierba.
-       Dos brujos inútiles, una humana que no sabe ni utilizar sus poderes y tres vampiros no son suficientes como para vencerme – amenazó. El hechizo que la había mantenido prisionera desapareció, y alzándose en el aire cómo si fuera aupada por una fuente de viento inmensa, hizo un gesto con la mano y el brujo que mantenía quieto con un hechizo al Creador salió despedido. De forma que el desfigurado vampiros pudiera enderezarse e ir a por su primera víctima; Katherine.
Jack intentó ponerse en medio, pero fue Kayla la encargada de hacerle un hechizo que lo congelara cómo el hielo.
Aun así, el Creador vio su atención fijada en aquel chico, e invadido por un odio terrible, lo agarró y le mordió furiosamente en el cuello, la sangre de Jack manchó de un rojo intenso la hierba.
Después fue Ada, quien lo intentó parar, pero fue en vano, el Creador era mayor que él, y no tardó ni cinco segundos en deshacerse de su oponente. Kayla luchaba contra los dos brujos y Roxán.
-       ¡Katherine, corre, coge a Laura y a Ulalia y vete! ¡Nosotros nos ocupamos de ellos! – le gritó Jack, al borde del desmayo.
El Creador ayudó a Kayla para derrotar a los dos brujos, que instantes después del ataque, quedaron muertos en el suelo, casi desangrados. Roxán era torturada por Kayla, que no tenía ninguna compasión con ella.
Katherine corrió hacia sus familiares, les quitó las cuerdas, e intentó coger a su prima pero no podía, era cómo un peso muerto, y ella no tenía la suficiente fuerza cómo sacarla de allí, y encima, estaba el círculo de fuego que los rodeaban, si se acercaba se quemaría.
Entonces, Kayla debió de hacerle un hechizo pues vio cómo en contra de su voluntad, se arrodillaba en el suelo, mientras el Creador se le aproximaba.
-       Estoy harto de tus amiguitos, quedamos en que si no os resistíais no iba a ver heridos, pero no habéis cumplido con vuestra promesa, así que ahora tendréis que ser consecuentes. – el Creador cogió a Ulalia y le mordió en el cuello de forma fría y cruel.
Katherine contempló cómo a un metro de dónde ella se encontraba su tía perdía la vida de forma agónica. O cómo Kayla se encargaba de hacer sufrir a Jack, Adam y Roxán.
Lo siguiente que vio fue el cuerpo de su prima, ante sus ojos llorosos, mientras la sangre manchaba sus muñecas de rojo, tirada en el suelo. Todos estaban muriendo, todos…
La siguiente sería ella.
El Creador le agarró de la nuca y le apartó el pelo, no sentí nada a causa del hechizo bajo el que se encontraba. Unos segundos más tarde y con el fulgor del fuego en la retina de sus ojos, perdió el conocimiento.


Oscuridad, oscuridad eterna. Y en medio de aquel océano de soledad, una pluma blanca y delicada que cae poco a poco hasta tocar la mancha oscura de la fría realidad, pero cómo una gota de agua, provoca unas hondas que se expanden por el líquido oscuro en el que luego se hunde. E iluminada por una luz celestial, deja ver lo que hay en el interior de aquel frío mar de aguas oscuras. El cielo, el resplandor de la pluma ilumina el líquido hasta hacerlo blanco, inmaculado, proporcionando una sensación de bienestar reconfortante.


Katherine se despertó en la cama de Jack, la luz de la mañana entraba por las cortinas, era la causante de su desvelo. Se incorporó en la cama para estirarse, y al igual que los dolores corporales, los sentimentales también regresaron. Para finalmente, recibir los recuerdos.
Bajó por las escaleras al segundo piso, y antes que nada, alguien la abrazó fuertemente; Jack.
-       Jack, estoy bien. – dijo ella, con la mente en otras cosas. - ¿Dónde están los demás? – preguntó, el silencio era duro, más de lo que pudiera soportar, y sin tener aún una respuesta, comenzó a llorar. Jack la abrazó nuevamente, en un intento se consolarla.
Las siguientes horas estuvieron envueltas en una soledad apabullante. Katherine no salió de la cama en todo el día, tampoco quiso comer, nada, Adam subió repetidas veces al cuarto de Jack para intentar animarla para que comiese algo, pero fue en vano.
Aquella noche, en la soledad del cuarto, y con la única compañía de la luz de una vela con aroma a vainilla, se sentó en el escritorio, dispuesta a expresar todos sus sentimientos en su diario.

Querido diario:

Ya nada importa, ¿por qué ha de hacerlo cuando uno de tus seres querido muere trágicamente y ante tus ojos? Estoy cansada, agotada. Ya no puedo más, Ulalia es la última, acabo de decidir algo que cambiará mi vida, aunque conlleve varios cambios que al principio no me gustarán en absoluto. 
Estoy tranquila sabiendo que el Creador y Kayla han muerto, aunque nadie viera muy bien cómo sucedió. Lo realmente importante es que encontraron sus cuerpos tirados en la hierba, fallecidos. 
En cierta medida, compensa saber que ni Laura ni Adam ni Jack han fallecido, pero ¿es que acaso todos a los que quiero tienen que terminar así? NO
Mañana después del funeral, le comunicaré a Jack mis propósitos. Además, Javier vendrá, no sé siquiera si podré mirarle a la cara. Laura está en el hospital, ingresada, se ha salvado, pero es posible que las cosas se compliquen en las próximas cuarenta y ocho horas, no sé ni cómo se tomarán mis padres todo esto que ha sucedido. Le he llamado a Javier para que fuese él quien les comunicara todo lo ocurrido. Yo no podía…


Al día siguiente el sol no parecía querer salir de detrás de las nubes. No llovía tampoco, y el frío se había ausentado, pero el día era triste en muchos aspectos.
-       ¿Nos vamos? – le preguntó Jack.
-       Sí – asintió ella. Y después volvió a dirigirse al teléfono móvil con el que se comunicaba con su madre. – Que sí mamá, está todo decidido.
-       Me alegro hija, no sería de mi agrado que decidieras lo contrario.
-       No mamá, ya está hecho, nos vemos en el funeral, hasta ahora.
Jack y Katherine salieron de la casa de éste camino al coche. Katherine pensaba que era increíble con la velocidad que habían llegado sus padres al pueblo, pues horas antes se encontraban en la otra punta del país.
En todo el camino hasta el cementerio, el silencio reinó en el coche y entre ellos, al igual que en el funeral.
Estrella abrazó fuertemente a su hija, y después lo hicieron su padre y Pablo. Todos le decían cientos de cosas, después siguieron las presentaciones. Katherine les comunicó que Jack era su novio. Y recelosos le dieron el visto bueno al sonreírle abiertamente.
Javier saludó a su hermana, madre de Katherine, y después de una larga conversación se sentaron, dispuestos a escuchar las palabras del padre Antonio quien dirigía el entierro.

Una hora después, Katherine fue a donde Jack que conversaba con Roxán sobre algo.
-       ¿Podemos hablar? – le dijo.
-       Claro.
Se apartaron un poco de la multitud que había acudido al entierro.
-       Jack, me voy.
-       ¿Eh, a qué te refieres? – preguntó él, sin comprender del todo.
-       Que me voy, me voy con mi familia.
-       Pero…
-       Jack, lo siento, lo decidí ayer, no quiero esto, ni para mí ni  para nadie que conozca ¿entiendes? – se miraban fijamente – no puedo seguir con todo esto, esta no es mi vida, o al menos no es la que me gustaría vivir, quiero poner punto y aparte a este verano. Ha habido cosas muy buenas, pero las negativas son mayores y he llegado a la conclusión de que irme cómo tenía planeado cuando llegué aquí, es lo mejor.
-       Pero, Kath, ¿y qué pasa con nosotros? Yo no quiero…
-       No quiero cortar, pero creo que es lo mejor, separarnos un tiempo y ya está.
Se hizo el silencio, mientras se miraban a los ojos.
Estrella comenzó a llamar a su hija, debían irse para hacer sus maletas.
-       De acuerdo, lo comprendo. Si es lo que tú quieres… lo aceptaré.
Katherine le besó en la boca y después se despidió:
-       Adiós, Jack.
Él la contempló alejarse hacia el coche de sus padres.


El reloj de su cuarto marcaba las ocho en punto, ya se iba haciendo tarde. Tendrían un montón de horas por delante hasta llegar a casa. Al menos ya habían cenado. Agarró su maleta con todo lo que tenía y la bajó de la cama, para arrastrarla fuera de la habitación. Contempló por última vez aquella estancia en la que había pasado más de cinco meses. Ahora parecía vacía.
Descendió con dificultad por las escaleras, con el armatoste a cuestas.
Hasta alcanzar la entrada.
Sus padres ya cargaban todas las cosas en el coche, mientras se despedían de Javier, quien desde aquel día tendría que encargarse de Laura.
-       No dudes en llamarnos para cualquier cosa. – Le dijo Estrella.
-       Claro hermana.
-       ¿Seguro?
-       Que sí. Anda ve, que se os va a hacer tarde.
-       ¡Kathe…! – comenzó a vociferar ella.
-       Estoy aquí, mamá – le dijo ella.
-       Pues venga vamos.
Katherine cogió la maleta pero su tío se la quitó de las manos.
-       Yo me encargo – le dijo en una sonrisa. – Espero que todo te vaya bien, y que algún día volvamos a vernos sobrina.
-       Claro Javier, no lo dudes. – Se dieron dos besos y se despidieron.
-       ¿No te despides de mí? – le dijo una voz burlona a su espalda.
-       Adam. – pronunció ella, sorprendida.
-       No me lo pude creer cuando Jack me lo contó, ósea que si él no me dice nada… ni te hubieras molestado en despedirte de mí.
-       Tú no eres el más adecuado para decirme eso – bromeó ella.
-       Tienes razón. – Asintió, y se abrazaron.
-       Adiós. – Le dijo ella, montándose en el coche.
Unos segundos después el coche arrancó enfilándose en la carretera, y fue en ese instante cuando Katherine se giró, para ver cómo las figuras de Adam y Javier se hacían más y más pequeñas a cada metro que avanzaban. Entonces, vislumbró a Jack, y vio que él se despedía de ella con la mano. Katherine no pudo evitar sonreír de felicidad en su interior.
Y mientras se miraban fijamente a los ojos, movió los labios para decir sin palabras; Te quiero.

Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario