Sinopsis

Katherine se trasladará a Santiago, para pasar el verano en casa de sus tíos. Pero aquel lugar tan idílico no lo será tanto, enseguida su ángel protector entrará en acción, y le avisará continuamente que ese chico del que ella está enamorada, no es alguien de fiar.
¿Qué es lo que Jack esconderá?

viernes, 8 de abril de 2011

Capítulo.9 Tercera Parte

Ya os traigo la tercera parte del noveno capítulo!!!! la siguiente será la última de este cap, lo prometo, jajajajaja Espero que os guste, el final se acerca... Besos!!!!


Aún le dolía, era experta en ocultar sus sentimientos. Vampira o no, tenía sentimientos, y aunque nadie en la faz de la tierra lo supiera. La relación que había mantenido con Lusom había sido muy especial.
No era la típica relación humana, era diferente, entre los dos habían enfrentado el futuro, los problemas, y se habían enfrentado a las adversidades, siempre juntos.
Fue aquel el motivo de que su corazón se rompiera en mil pedazos al enterarse de la fatal noticia. Él había muerto, asesinado por otro vampiro. Y juró que se vengaría, pues quien fuera, le había arrebatado lo que más quería en el mundo entero. La persona con la que había vivido a lo largo de sus últimos doscientos años de vida.
Y ahora que contemplaba la única fotografía que poseía de él, sujeta entre sus manos, con intensidad. Las lágrimas no podían si no acudir en abundancia.
Hacía tiempo que no deseaba tanto la muerte como en aquellos instantes.
Sin embargo, su prioridad ante todo, era encontrar a ese maldito vampiro que había matado a Lusom, y vengarse de mil maneras diferentes.
Roxán esperaba impaciente la llamada que tanto deseaba.
Mientras, en la soledad de su despacho, mientras sus clientes disfrutaban en la planta de abajo del edificio, ella comenzó a llorar, incapaz de poder parar. Era mucha la pena, más de doscientos años de convivencia, borrada de un plumazo, y aquel penoso y frustrante sentimiento, debía desaparecer de su interior, cuanto antes, ya le daba igual todo. Si moría por falta de sangre, y alguna de sus vampiras la encontraba muerta en aquel mismo sillón en el cual ahora estaba sentada, muerta, mejor. Así no tendría que hacer frente el infinito futuro que se suponía la aguardaba, porque… sin Lusom, nada merecía la pena. Ya no.


No se lo podía creer. Katherine se sentía agotada, las lágrimas se llevaban toda la vitalidad de su cuerpo. Sin contemplaciones. Cuando llegó a casa intentó no llorar, no hacer ruidos que alarmaran a su tía. Lo último que quería era que ella se le aproximara con preguntas.
Subió a su cuarto y se dejó caer sobre la cama.
Tiempo indefinido después, cuando los llantos ya se perdían en el dolor que invadía su garganta, se reincorporó, para sentir cómo sus huesos de papel no podían cargar la aparente e inmenso peso de su masa corporal. El dolor la aplastaba, incluso ahora más que nunca, sentía el oro del collar que Jack le había regalado sobre la piel.
Lo agarró y lo contempló en silencio.
No sabía qué hacer con él. Tirarlo era una opción. Aunque eso conllevara romper toda conexión con Jack, y dando así por terminada aquella relación, que tan prematuramente había terminado.
Le había contado su secreto. Pero Katherine no sentía que eso fuera un drama, de alguna forma sabía que Jack nunca llegaría a decir nada.
Aún y todo, le había estado engañando. Y se sentía frustrada por ello. La quería utilizar para hacerse según Adam, inmortal. Era eso lo que la había molestado profundamente, no valía que la quisiese, o eso era lo que él le decía. El problema era que no podría confiar ya más en él. Adam le daba igual, sinceramente pasaba completamente del sueño que había tenido, no le importaba, podría haber sido muy real, pero eso no significaba nada.
Katherine se sentía ahogada, y decidió abrir la ventana para airear un poco la habitación, entonces, vio a su tía, debajo de ella, en el porche de madera, contemplando las maravillosas vistas, con un cigarrillo entre los dedos, expulsando el humo de forma nerviosa, y con mirada de tristeza.
Laura, aún no había vuelto. ¿Le habría ocurrido algo? Esperaba que no. Adam era el culpable de todo, su prima había sufrido mucho por culpa de él.
Las nubes ocultaban el sol casi por totalidad, pero Katherine supo que la tarde ya llegaba a su fin. La oscuridad empezaba a asomarse, amenazante.
Finalmente, decidió acostarse, se encontraba agotada, por tanto, pensó que dormir un poco no le sentaría mal.


Se le empezaba a acabar el tiempo. Había esperado hasta tarde porque sabía que el repartidor de pizzas trabaja sólo de noche. Estaban a punto de dar las nueve y media de la noche.
Salió del coche y cruzó la calle para llegar a la pizzería.
Un montón de gente esperaba fuera, entre charlas, sobre todo eran jóvenes que decidían qué pedir para cenar.
Lax no dudó ni un segundo en entrar. Y fue directo hasta el hombre que parecía llevar toda la gestión. Cerca de la barra.
-       ¿Qué desea pedir? – le preguntó.
Lax lo miró a los ojos y le dijo;
-       Me vas a dar la información sobre el hombre que ayer entregó un par de pizzas en la casa con vistas al mar, en la calle Guipúzcoa. Y rápido.
-       Sí señor. – Asintió el hombre, y se puso a buscar entre los ficheros. – Ahora mismo no encuentro el papel…
-       Dame el nombre del repartidor.
-       Sí – volvió a asentir con la cabeza. Y comenzó a buscar en los archivos del ordenador.  – Ayer, sólo se hizo un pedido en la calle Guipúzcoa.
-       Dime el nombre del repartidor y a qué hora entra hoy a trabajar. – Le ordenó Lax.
-       Lo siento, señor. Hoy Daniel no tiene que trabajar, mañana si quiere podrá encontrarlo…
-       Mira, humano de mierda – le amenazó, agarrándole del cuello de la camiseta blanca, empujándolo hacia él violentamente. – Quiero que me digas dónde puedo encontrarlo, ¡ya!
-       Sí-sí – tartamudeó el chico, asustado. – Puede usted encontrar a Daniel en el tercer piso del portal doce de la calle Rey Tercero.
-       Gracias – escupió Lax mientras se marchaba en aquella dirección. Impaciente.
La desolada calle en la que aparcó el coche le daba toda la oportunidad de evitar contenerse con su víctima. Iban a dar las diez, debía darse prisa.
Se subió a la escalera de incendios de un salto, y escaló con la rapidez y habilidad que sólo un vampiro de su edad puede tener.
Al llegar al tercer piso, miró por una de las ventanas, aquellas casas antiguas eran muy espaciosas. Agudizó la vista y el oído, y escuchó el ruido de un canal de televisión, se encontraba en el salón, bebiendo cerveza y comiendo fideos.
Cogió aire, e intentó hacer su trabajo lo más rápido posible.
Cuando Daniel escuchó el sonido del golpe que una de las ventanas recibió, se asustó y por lo tanto, saltó del sofá involuntariamente.
Entonces se hizo el silencio.
Escrutó la vista, mirando la oscuridad que alumbraba el pasillo y la habitación en la que se había roto el cristal.
Con el cuerpo en tensión, decidió ir a comprobar el motivo de aquel desastre.
Nada más asomarse a la ventana, Lax le agarró del cuello, y le obligó a invitarle a su casa con el control mental.
-       ¿Quién eres? – le preguntó Daniel.
-       Aquí el que hace las preguntas soy yo – le espetó Lax. – Bien, quiero que me des tu permiso para poder entrar en la casa de las vistas al mar.
-       ¿Para qué…?
-       ¡Te he dicho que me des la invitación! No quiero que digas nada más.
-       Yo-yo…
-       ¡Dame la invitación!
Lax le miró a los ojos al hombre, mientras él, temeroso por lo que él le podía hacer, retrocedía paso a paso, hasta el salón.
Después de volver a insistir. Daniel terminó por darle su permiso.
De esa forma, Lax era ahora capaz de entrar en la casa y coger a Katherine. Pero para llevar eso a cabo, primero debía acabar con el hombre que tenía ante sus ojos.
-       Lo siento, sólo ha sido casualidad. – Le dijo Lax irónicamente. A continuación le agarró del cuello y de un giro rápido y eficaz se lo rompió.
Después de eso, Lax podía hacer lo que debía, dejó a Daniel en el suelo, salió de la casa por la ventana, y de un salto alcanzó el suelo. En un segundo ya se encontraba en su coche, arrancando el motor, con la mente fija en Katherine.


Se habían golpeado hasta quedar agotados. Y parecía que aquella era la mejor forma de que se mostraran la realidad el uno al otro. Jack no podía hecharle la culpa a Adam de lo que había sucedido. Pues tarde o temprano, Katherine hubiese termino por saber la verdad, y sinceramente, él prefería que la relación acabara pronto. No quería sufrir más.
Ahora, se tomaba una copa de sangre fresca, sentado en el sofá, con la mirada perdida puesta en el televisor encendido pero mudo.
-       Tenía que hacerlo. – Se justificó Adam, al entrar en el salón. – Lo siento, pero lo que me dijiste de cerrar la tienda, y el saber que tú sí podrías disfrutar de ella… me puso de los nervios, y cuando os he oído hablar… simplemente he explotado.
-       No tienes por qué decir nada. – Le dijo Jack. – Sé que no hice bien al tomar la decisión de cerrar la tienda por mí solo. Pero tienes que comprender que lo que sentía por Katherine lo ha cambiado todo, corrijo, lo había cambiado todo. Me da igual ya. Prefiero que las cosas hayan terminado de esta forma, esta relación nunca hubiese acabado bien, Katherine tendría que enterarse algún día de la verdad, pero Adam… la quiero, y eso no puedo evitarlo.
Se miraron profundamente, Adam, por primera vez en mucho tiempo, sentía una fuerte sensación de culpabilidad.
-       Jack lo siento, tío, seguro que si vas y le explicas todo, lo entiende.
-       No. Ella me ha contado su secreto, que aunque yo ya lo sabía, era un paso muy importante. Y yo, aún no le había dicho nada sobre mí. Katherine aceptó mi verdadera naturaleza… ha sido la primera humana desde que me convertí que me ha aceptado tal y como soy, y yo que soy gilipollas le he estado mintiendo. Pero tú también podrías haberte callado, que menuda me has liado. – Aquella última queja era simplemente un reproche insustancial, unas palabras que Jack tenía que decir para quedarse a gusto.
De pronto, Adam sintió algo.
-       ¿Qué sucede? – le preguntó Jack, que le notaba algo extraño.
-       Alguien… se acerca.
-       ¿El Creador?
-       No, es un vampiro, pero no es El Creador, parece que viene… tiene buenas intenciones, o eso percibo.
Adam caminó hasta la puerta, y Jack le siguió.
Al abrirla se sorprendieron.
-       Hola chicos, cuanto tiempo. – Les saludó Sophie.
-       ¿Tú, qué haces aquí? – le preguntó Adam, incómodo.
-       No vengo a malas. No tiene nada que ver con El Creador. Es por vuestra amiga Katherine.
-       ¿Qué pasa con ella? – espetó Jack, enfadado, no le gustaba que Sophie pronunciara su nombre.
-       Está en peligro.
-       Mientes. – Dijo Adam. – Siempre mientes.
-       No. Chicos, sé de muy buena tinta, que El Creador os ha estado espiando, al parecer no le interesáis mucho. – Se sinceró. – Él tiene un espía en el pueblo aún no sé quién es, pero hay una cosa de la que estoy completamente segura. El Creador se interesó desde el primer momento de Katherine, cuando su espía le informó de ella, y al parecer, hoy, ese mismo espía, tiene la orden de raptar a Katherine para llevársela a esta dirección – y les entregó un papel con un número y el nombre de una calle de la ciudad-  en la cual, algún vampiro muy cercano al Creador, se la llevará en persona para que él disfrute de su sangre, esa sangre que según cuentan, es tan buena para un vampiro.
-       Estás mintiendo – dijo Jack.
-       No, mirad. No tendría por qué mentiros, es así, id a esta dirección, y lo comprobaréis. Me parece que no perdéis nada por comprobar si vuestra amiguita está bien. ¿No?
Se hizo el silencio.
-       Yo me voy, ya os he advertido, luego os arrepentiréis si no vais y descubrís que Katherine ya no está. – Sophie desapareció con la velocidad de un rayo.
Jack y Adam se miraron mutuamente.
-       Tengo que ir. – Le informó Jack, saliendo de la casa para coger el coche.
-       Pero… Jack… - sabiendo que cualquier réplica que le hiciera, Adam decidió rendirse. – Te acompaño.
-       ¿Seguro? – preguntó él.
-       Arranca. – Le dijo, mientras se montaba.
Llamaron al timbre cuando llegaron.
-       ¿Está Katherine? – le preguntaron los dos al unísono a Ulalia.
-       Sí, claro, se encuentra en su habitación.
-       ¿Podemos subir? – preguntó Jack.
-       Claro, pasad…
Ambos subieron las escaleras rápidamente, y cuando abrieron la puerta, se quedaron completamente quietos.
Katherine no estaba, no había señal de ella, ni rastro. Entraron a la habitación.
La cama estaba desecha, y la ventana abierta, las cortinas bailaban al son del viento que entraba a la estancia, la luz estaba encendida. Era como si ella misma se hubiera ido sin decir nada.
Y eso parecería a ojos de cualquier humano, pues no había signos de forcejeos en ningún lado.
Sin embargo, tanto Jack cómo Adam, lo olieron, era inconfundible, se trataba de un vampiro, uno de su raza, había estado allí recientemente.
-       ¿Qué hacemos? – preguntó Jack.
-       ¿Vamos a la dirección que nos ha dado Sophie? – propuso Adam.
-       Sí, no tenemos otra opción, aunque sea una encerrona para hacernos algo o atraernos, es lo único que podemos hacer. Vamos.
Volvieron a bajar y se despidieron de Ulalia furtivamente, mientras salían de la casa. 

3 comentarios:

  1. megusto este cap. mucho
    pero una pregunta k la tienen k matar secandola x así decirlo p/ser invencibles o como??

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  2. Wow! cuantos misterios! Entonces... Bueno, está más claro que el agua, Lax la raptó, y se la llevó. Pero... ¿Se la llevó al Creador? ¿O se la llevó para él?

    P.D: Iotiz! estoy muy contenta! porque estoy escribiendo un nuevo libro! con todos los problemas adolescentes, y con misterios! con MUCHOS misterios! Los chicos están inspirados en chicos de verdad, Yo soy Katherine ^^ Y mi mejor amiga, Mel. Está inspirada en Agus, o Gusi.¿Te acordas de ella? Ay! me gustaría pasartelo para que lo leas! jaja, un besoo!

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  3. Gracias por leer la historia anónimo!!!! no, no tienen que quitarle toda la sangre, simplemente beber de ella.

    Gracias a ti también Emii!!!!!!!!!!!!!! sí Lax la raptó ya lo verás en la última parte del cap que voy a colgar ahora.
    Me alegro un montón por ti, empezar un nuevo libro siempre es algo increíble, ¿verdad?
    Qué original, nunca se me habría ocurrido eso de que conocidos de uno mismo representaran personajes en una novela... :O Por supuesto que me acuerdo!!! es súper maja!!!
    Ok, un día que coincidamos me avisas y me envías tu historia al hotmail. Besos!!!!!!!!!!!!

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